miércoles, 10 de diciembre de 2014

María José Linero: Serenidad y Amor Incondicional



Asistí al curso ADN Básico ThetaHealing  orientado por la doctora María José Linero ó Miirabai (En recordación de su maestra mística Mirabai, una princesa Rashput, poetisa, compositora y asceta hinduista).

Asistí, porque sé que se trata de una técnica sanadora que involucra la realización espiritual, y fui en el marco de la Sabiduría de la Incertidumbre (Es el campo de todas las posibilidades) y por lo tanto, iba dispuesto a llenar mi Alma y mi Ser con nueva información, con nuevos conocimientos que, sin duda, nutrirían de sosiego mi existencia.

En efecto, la maestra María José reúne todas las características de un instrumento de la Divinidad que convoca serenidad, paz, tranquilidad y sanación. La energía y el poder que se logra en el desarrollo de la sesión conducen a cada persona a descubrir intimidades informativas que afloran y propician un descanso, una liberación.

Fue en esa cita maravillosa que aprendí y comprendí sobre el ‘niño que vive y actúa dentro de nosotros’ y además, del ‘Amor Incondicional’, que es mucho más que amorío mundano por las novias, esposas, maridos, compañeros, papá, mamá, hermanos y demás personas. El Amor Incondicional es la profundidad en la entrega por los demás. Es el amor de Dios, del Creador de Todo lo que Es. Somos parte del Universo Divino y poseemos la capacidad de amar incondicionalmente, pero las sendas del mundo terrenal nos dejan a mitad de camino. Confundimos lo emocional con amar y dejamos que el EGO y la mente ociosa dirijan nuestras vidas.

Dice la maestra María José que su esencia está en cuidar a los demás y escuchar la historia de cada ser. Realmente eso no ocurre en la medicina tradicional, convertida en negocio y alejada por completo de la integridad que significa entender por qué se produce una enfermedad. Miirabai escucha con su esencia interior.

Durante la sesión inicial se experimentan momentos de reconocimiento interior, de saber que somos mucho más que huesos, vísceras y carne. Esa fuerza se manifiesta y reconforta, no sin antes exprimir algunas lágrimas que confirman que hay impactos, tactos y motivaciones propias del desarrollo del taller.

ThetaHealing parte de la base de que podemos llegar a los demás con intenciones claras de lograr sanar, eso sí, la limpieza del Espíritu, la grandeza del Alma, la generosidad en su más alta acepción, son las garantías para comunicarnos con los demás. No se logra con una sesión, es necesario ser constantes, interesarse, estudiar. El camino de la liberación va más allá de las creencias que nos han incrustado por razones culturales. Aquí no se juzga, no se señala, no se critica, por el contrario, se entiende que estamos en épocas de la existencia que conllevan formas y modelos.

Sin embargo, lo clave es entender que el movimiento consciencial cada vez se expande por los seres del mundo a través de diferentes manifestaciones, el ThetaHealing es una de ellas. Se aprovecha la meditación, la energía, la esencia, el poder del silencio, los frutos de la oración, el conocimiento y siempre en concordancia con la libre decisión de cada persona. Se pueden transformar las vidas si hay dedicación y creencia pura en Dios o en la Fuerza Creadora del Universo. Y, además, si quien se presenta como instrumento Divino es coherente en su vida diaria, libre de apegos enfermizos y en permanente transformación.

En el libro Theta Healing, una modalidad extraordinaria de sanación energética, de Vianna Stibal, la pionera de la técnica, se cita una gran reflexión budista: “No creas nada, sin importar dónde lo leas o quién lo diga, ni siquiera si yo lo digo, a menos que esté de acuerdo con tu propio razonamiento y sentido común”, pues bien, de eso se trata, si se cree se avanza, si se confía se logra. A cada uno le llegará el momento.

Escrito por Jesús E. Torres 10/12/2014